miércoles, 27 de agosto de 2008

Maxca Revolutions

Y como todas las historias tienen su final, aquí está el final de la aventura del finde, la bajada y subida del barranco de Masca:

El domingo cuando nos levantamos, que tampoco fue demasiado pronto, preparamos unos bocatas, unas botellas de agua y nos pusimos camino de Masca, un pueblecito en el oeste de la isla cerca del acantilado de los gigantes. Aparcamos el coche y comenzamos a bajar hacia la Playa de Masca, aunque se podría llamar la de Cuenca, porque está igual de lejos. El comienzo fue bueno porque era todo bajar e incluso nos encontrábamos con gente y les íbamos preguntando que cuanto quedaba, pero a medida que parecíamos acercarnos aparecían más y más rocas. Incluso cuando empezamos a oir los barcos y los niños estábamos bastante alejados, pero antes de desesperar llegamos a la playa.

Yo llegué completamente deshidratado y menos mal que allí una buena gente nos llenó las botellas de agua. Estuvimos allí un rato comiéndonos el bocadillo, viendo a la gente en los barquitos y cogiendo fuerzas para la subida, que las íbamos a necesitar. No nos bañamos porque después subir con la sal del mar podía resultar horrible, así que yo me refresqué un poco los pies en las corrientes de las rocas y un rato después comenzó la subida.

Eso fue más duro porque era subir, y temíamos quedarnos sin agua. Había dos puntos claves que habíamos encontrado a la bajada que nos dirían lo que nos quedaba: un bidón metálico y el túnel que sale en la foto con Juanma que teníamos que pasar por dentro. Pero el problema era que no conseguíamos llegar. Incluso encontramos unas cabras que nos tiraban piedras. Y así, por fin, encontramos el tunel y ya vimos que el final podía llegar, aunque a partir de allí era la parte de subida más dura. Cuando por fin vislumbramos las primeras casas del pueblo fuimos muy felices pero esa parte se hizo muy cuesta arriba subiendo escaleras de piedra y madera, y ya cuando llegamos arriba del todo fue maravilloso, jeje.

Después de descansar un poco compramos una botellita de agua y cogimos el coche para volver a casa. Eso sí, olíamos a chotuno y dábamos un poco de asquete, por lo que había ganas de llegar a casa y ducharnos. La ducha sentó genial y nos fuimos prontico a la cama que al día siguiente había que trabajar y estábamos muy cansados.

Habéis visto que ha sido un finde entretenido, con montañismo, barranquismo, ... sólo faltó fiesta pero la verdad que no había cuerpo para mucha. Ya quedan pocos días para nuestro retorno, esto se acaba, pero aún habrá que dar un poco de guerra por la isla.

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