Después de dormir un poquejo en casa decidimos partir para el Noreste de la isla, casi hasta la punta. Como los del Médano no se arriesgaban a coger el coche no fuese que se quedasen tirados de nuevo nos repartimos los trece que fuimos en tres vehículos y nos dirigimos a un pueblo llamado Benijo a ver una playa que decían estaba guapísima. Salimos a la una, y tras saltar al hiperespacio durante hora y media más o menos llegamos a un lugar que parecía aislado (ni siquiera había cobertura) pero repleto de coches a ambos lados de la carretera para poder conducir bien.
Dejamos los vehículos en una cuesta y nos fuimos a comer a un Guachinche (son casas particulares que habilitan como restaurante con comida típica canaria). Se llamaba "Casa Paca" y estaba regentado por la "juventud" del pueblo pero no descubrimos cuál era la verdadera Paca (quizá lo eran todas). Pues nada comenzaron a sacar platos y platos para intentar cebarnos pero conseguimos pararlas a tiempo. La verdad que estaba bastante bueno y fue baratico. Tras el chupito de licor casero nos bajamos a la playa a reposar.
Reconozco que la playa estaba muy bien. Había bastante corriente y estuvimos en unas rocas donde había un pozito donde entraban las olas que rompían (el jacuzzi) y luego estuvimos con el frisby y echando un partido de fútbol. Nos fuimos ya cuando comenzaba a anochecer y como Mar y Juandi se quedaban en el Norte echamos a Cuco y Tobal al maletero de la Berlingo donde se les tostó un poco el culo (eso es otra historia que debería ser contada en otra ocasión). Bajamos a la par del C2 de David lanzándoles los focos láser (esque las luces debían estar un poco altas) y llegamos por fin al Médano donde dejamos más o menos sanos y salvos a los de gestión.
Antes de marcharnos fuimos al Victoria's a cogernos unas arepas que necesitábamos coger fuerzas. Llegamos a casa y al final conseguimos descansar, la aventura había acabado...
Epílogo: Al día siguiente llegamos al curro un poco reventados, pero cómo teníamos la berlingo durante unas horas más nos fuimos a Los cristianos a tomar el solico mientras las niñas iban a comprar. A las ocho más o menos devolvimos con pena el vehículo que nos condujo a la aventura que se ha relatado aquí. De todas maneras, continuará????
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