miércoles, 30 de julio de 2008

Episodio V: El becario contra Paca

Vale, sé que me he saltado III y IV (La venganza de los Sith y Una nueva esperanza), pero esque este título le iba mejor al último tramo de la ruta.

Después de dormir un poquejo en casa decidimos partir para el Noreste de la isla, casi hasta la punta. Como los del Médano no se arriesgaban a coger el coche no fuese que se quedasen tirados de nuevo nos repartimos los trece que fuimos en tres vehículos y nos dirigimos a un pueblo llamado Benijo a ver una playa que decían estaba guapísima. Salimos a la una, y tras saltar al hiperespacio durante hora y media más o menos llegamos a un lugar que parecía aislado (ni siquiera había cobertura) pero repleto de coches a ambos lados de la carretera para poder conducir bien.

Dejamos los vehículos en una cuesta y nos fuimos a comer a un Guachinche (son casas particulares que habilitan como restaurante con comida típica canaria). Se llamaba "Casa Paca" y estaba regentado por la "juventud" del pueblo pero no descubrimos cuál era la verdadera Paca (quizá lo eran todas). Pues nada comenzaron a sacar platos y platos para intentar cebarnos pero conseguimos pararlas a tiempo. La verdad que estaba bastante bueno y fue baratico. Tras el chupito de licor casero nos bajamos a la playa a reposar.

Reconozco que la playa estaba muy bien. Había bastante corriente y estuvimos en unas rocas donde había un pozito donde entraban las olas que rompían (el jacuzzi) y luego estuvimos con el frisby y echando un partido de fútbol. Nos fuimos ya cuando comenzaba a anochecer y como Mar y Juandi se quedaban en el Norte echamos a Cuco y Tobal al maletero de la Berlingo donde se les tostó un poco el culo (eso es otra historia que debería ser contada en otra ocasión). Bajamos a la par del C2 de David lanzándoles los focos láser (esque las luces debían estar un poco altas) y llegamos por fin al Médano donde dejamos más o menos sanos y salvos a los de gestión.

Antes de marcharnos fuimos al Victoria's a cogernos unas arepas que necesitábamos coger fuerzas. Llegamos a casa y al final conseguimos descansar, la aventura había acabado...

Epílogo: Al día siguiente llegamos al curro un poco reventados, pero cómo teníamos la berlingo durante unas horas más nos fuimos a Los cristianos a tomar el solico mientras las niñas iban a comprar. A las ocho más o menos devolvimos con pena el vehículo que nos condujo a la aventura que se ha relatado aquí. De todas maneras, continuará????

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