En un parador muy, muy lejano....Con esto comenzamos la segunda parte de la aventura del fin de semana. Como ya comenté en el pasado post salimos de fiesta, por lo tanto lo de levantarnos pronto, pues es un poco chungo, así que creo que fue Elena R. quién ganó la apuesta diciendo que salíamos a las dos. Como apremiaba el hambre nos pasamos por el Mercadona (que aquí todos los pueblos tienen uno) y ya pillamos allí unos bocatas para comer un poquito más tarde.
Partimos hacia el oeste hasta encontrar una playa un poco guarrera donde estuvimos un poco tirados tomando el sol y degustando las viandas (esque ya había gazuza), incluso algún atrevido se bañó. Allí nos reunímos con Mar y su amigo Juandi y ya nos fuimos camino de toparnos con los (acantilados de los) Gigantes, pero al llegar al mirador las constructoras del reverso tenebroso (ahora lado oscuro) habían alzado edificios que estropeaban un poco las vistas. Como otro día tenemos pensado recorrer toda esa zona decidimos cambiar de rumbo y partimos hacia el Teide.
Allí comenzó la gran aventura. Fuimos parando poco a poco en ciertos miradores, echando unas foticos, apreciando el paisaje, y ya llegamos a la base, de donde parte el teleférico. La subida la tenemos destinada para más adelante (pues aún no hemos acabado nuestra preparación de Jedi). La cosa fue que mientras nuestra berlingo iba hacia las piedras que salían en los
billetes de mil pesetas, el coche de los de gestión se quedó parado y no arrancaba. Volvimos y estuvimos empujando, llamando a la grúa y al final con la inercia de un último empujón el coche llegó al parador donde, mientras esperábamos a la grúa, nos echamos unas cerves. Sin embargo antes de llegar la grúa, el capitán Pablo Solo consiguió arrancar el coche, así que partimos camino de nuestro planeta de origen para ducharnos un poco y luego salir de fiesta por el Médano.Luego por la noche en el Médano estuvimos echando unos cacharros (algunos reencontraron viejas conocidas) y acabamos en el Stones aunque nos echaron pronto porque al salir algunos al banco a por dinero no les dejaron volver a entrar. Eso significaba que era hora de descansar (aunque algunos Judas se fueron a la playa) porque la aventura no había terminado.
Finalizará...
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